viernes, 10 de enero de 2014

COMENTARIO TEXTO, 13 febrero



COMENTARIO DE TEXTO
                       Cuando las niñas se han incorporado masivamente al sistema educativo, se ha podido comprobar que trabajan y rinden más que los niños. En infantil, en primaria, en secundaria, en bachillerato y en la universidad. Sería absurdo pensar que se trata de una simple casualidad y no de la consecuencia lógica de su mayor capacidad y de su mayor aplicación...

                            Luego pasa el tiempo y las mujeres, como por  arte de magia, ya no están, en  el mismo número y en los mismos cargos que los hombres, en el escenario del poder y del mercado laboral, en el mundo de los negocios, en la vida intelectual, académica o social del país.

                          ¿Dónde se han metido? ¿Qué ha pasado con ellas si cuando estaban en similares condiciones eran mejores, más valiosas, más trabajadoras? Las feministas hablan de la «brecha de género». Pues se las ha tragado lo que yo llamo «la falla sociológica del sexismo», una quiebra producida por un movimiento geológico antinatural. Se han hundido en el vacío  cenagoso de la desigualdad, las ha engullido el monstruo de la discriminación.

                     Esa falla cruel se disfraza a veces de amor filial (es la hija la que tiene que dedicarse a cuidar a los padres ancianos o enfermos), de amor conyugal (es la esposa la que tiene que renunciar a seguir ascendiendo en la profesión), del amor maternal (es la madre la que tiene que criar a los hijos, renunciando al crecimiento profesional).
Miguel Ángel Santos Guerra. "La falla sociológica". La pedagogía contra Frankenstein

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